lunes, junio 21, 2010

Hey, bigote!


Que si freno me marchito y mis cenizas vuelan en olvido que seguramente terminan en humo de la pipa de algún bigotudo que escupe mientras come con la boca abierta, hablando de lo fea y peligrosa que está la calle con los cartoneros a los que, obviamente no les debe dar ni un pedacito de papel, que prefiere tirar en la calle para alimentar baldosas que ya comieron demasiado en el día y que lo que menos necesitan es ese papelito que el bigotudo tiró después de comerse su chocolate que late, porque mientras fumaba su pipa no podía tener tantas cosas en la mano y el humo que soy yo colabora y contamina toda la escena y a los cartoneros y a las baldosas y hasta a la pipa [el bigotudo en verdad no me importa tanto].
Así que mejor no ser humo, ni olvido, ni cenizas.
Entonces mejor no frenar; mejor que avance y todo crezca.

Foto: Chema Madoz

miércoles, junio 09, 2010

Carangueijo

Me gustan esos días en que llueven confites; esos en que los colores se caen del cielo buscando quién los ataje.
Pasa que mi ciclón se tiñe de papel picado y muda de aires hacia un feng shui triunfante.
Ya no necesitás pinchazos, ni sedantes, ni analgésicos porque lo calmo viene de adentro. Se texturan las células lisas, con forma de luna en su tercer día después de nueva.
La habitación me samba, hay vuelo de duelos y la gente me silba complacencias.
Puede ser que por horas, minutos nomás, pero se sienten meses o hasta décadas en este reloj inavanzable.
Hasta que el clima pasa por el probador nuevamente y se decide por su mejor traje. Y todo vuelve a antes. A como termina este enredo.
Si es que aún no terminó y yo, como expectante de un porvenir que no llega, esperando postrada en una fábula perpetua.