lunes, enero 29, 2007

Martín Paloma


“Me convertí en paloma” dijo plácidamente, y ahí fue cuando todos estallaron en carcajadas.
Martín no entendía por qué a la gente le costaba tanto comprenderlo. ¿Tal vez era una negación por miedo a que el dejara de ser como era? No, nada cambiaria, sus alas no le impedirían seguir siendo el mismo Martín, se lo había autoprometido.
“Yo les puedo mostrar” se escuchó de su voz. Las risas seguían cada vez más contagiosas mientras Martín se subía al árbol para tomar impulso.
Uno, dos, tres. Ni siquiera levitó. Menos mal que el árbol no era muy alto, sino se habría dado flor de golpe.
Seguían pensando que estaba loco. “Fue el ala; se me enganchó con una rama” fue su explicación.
Finalmente la gente se cansó de su palabrerío. A Martín no le importó. Suspiró y ahí nomás, en medio del campito, se fue volando.

miércoles, enero 24, 2007

Habiendo vuelto feliz de las vacaciones, los dejo compartiendo mi felicidad con la señorita Enriqueta.




Linda como ella sola.

Linda como solo algunos la entendemos.

Gracias Liniers.