viernes, mayo 20, 2011

Monde

Espectáculo de soltura y espontaneidad. Bostezos varios, algunos cabeceos y párpados que amagan con caer. Chico-charango, no le importa nada, es parecido al chico-cumbia atodoloquedá, se le van a taladrar los oidos a ese. La señora de al lado que se pregunta por qué motivo casual eligió sentarse justo en ese asiento, y frunce el ceño. Dos atrás de Venezuela, qué placer de acento... playa. Pequeñín paloma que grita, que pregunta, que canta, que no le importa nada. Arrugas que sonrien a la vida, a todo lo que vio pasar, a todo lo que sabe que aún falta por desfilar. El del libro. Tengo que inclinarme para chusmetearle el título, como si tuviera el don de afirmar que eligió el texto indicado. Yo aprendí a no marearme. Y gracias a eso terminé MI libro. Es un buen día, todo día en que acabás un libro y le decís "ya está, te desnudé de prólogo a índice" es un día de lujo.